En familia diseña un horario para el día, así tendrás claro que vas a hacer y evitarás el aburrimiento.
Con el estilo de vida agitado que la mayoría de las personas lleva hoy en día, es importante saber cómo programar bien tu tiempo. El tiempo es el único recurso que aún no puede comprarse, en un momento u otro, ya sea que lo uses ineficazmente o lo desperdicies. Un horario elaborado adecuadamente básicamente te ayuda a tomar el control de tu día de una hora a la siguiente. También es una gran manera de ayudarte a alcanzar los objetivos que tienes en la vida, tanto grandes como pequeños.
Parte 1: Anotar tus tareas diarias más importantes
1. Prepara una lista de lo que necesitas hacer todos los días. No te preocupes si se encuentra organizada o no. Esto solo se trata de una lluvia de ideas, no una lista de tareas. Tómate aproximadamente una hora y apunta todo lo que tengas que hacer cada día (y todo lo que no haces pero debes hacer) .
- Si es difícil pensar en todo, lleva contigo un cuadernito y anota tus actividades durante todo el día.
2. Anota las tareas grandes y las pequeñas. Cuando inicias por primera vez ninguna actividad se considera muy pequeña. Si es algo que necesitas hacer, es algo que necesitas hacer. Cuando creas un horario por primera vez, es mejor colocar todo y corregirlo después, si fuera necesario.
- Si tienes que pasear a tu perro en la mañana y en la noche, entonces anótalo.
3. Hazte preguntas relacionadas a tus actividades. ¿Qué tareas necesitas hacer para asegurarte de que comas bien? ¿Qué tareas necesitas completar todos los días con el fin de ir a trabajar? ¿Qué necesitas hacer para asegurarte de recoger a tu hija del colegio?
- Probablemente te sorprenderás de cuántas tareas pequeñas tienes que ocuparte con el fin de lograr tus responsabilidades más grandes. Pero hay una luz al final del túnel. Un horario te ayudará a identificar las áreas donde no consigues mucho a cambio y que puedes tratar de eliminar
4. Analiza tu lista. Si encuentras que tienes poco o nada de tiempo libre disponible, reevalúa las tareas para ver si son absolutamente necesarias. Quizás encuentres que algunas responsabilidades pueden abordarse de una manera más eficiente o pueden delegarse.
- Si te encuentras en la cocina más a menudo de lo que te gustaría, considera preguntar a un vecino si él o ella quiere compartir las labores de la cocina. Ustedes dos pueden descubrir algunos platos que a los dos les guste y luego intercambiar cocinarlos una o dos días a la semana.
Parte 2: Hacer el horario
1. Abre Microsoft Excel o un programa de hoja de cálculo similar. Haz una columna de horas en el lado izquierdo de la página y una fila de días de la semana en la parte superior.
2. Haz coincidir las tareas con las horas. Empieza con esas actividades que se necesitan hacer a una hora determinada todos los días. Sobre la base de tu evaluación anterior, asigna un horario a las tareas en base a la hora que piensas que tiene más sentido abordarlas. También asegúrate de darte un respiro o varios a lo largo del día.
3. Organiza las actividades en cantidades de tiempo más grandes. Las estructuras de tiempo por hora por lo general son lo suficientemente amplias. Sin embargo, puede llevar un tiempo engancharse con el estado del flujo que requieren algunas tareas así que tal vez necesites 90 minutos o incluso periodos de dos horas. No olvides programar tareas de 30 minutos también. Ten cuidado con la tendencia de encajarte en horarios demasiado apretados.
- Puedes unir celdas para crear periodos de tiempo más grandes.
4. Mantén tu horario flexible. Es difícil predecir cuánto tiempo tomará cada actividad. Así que asegúrate de que tu horario pueda flexibilizarse fácilmente en una dirección o en otra cuando sea necesario. También quieres considerar una reserva pequeña de tiempo para retrasos inesperados.
- Además, no caigas en la trampa de usar tu tiempo de relajación como una zona de «reserva». El tiempo de relajación no debe verse como un lujo; debe considerarse tan importante como cualquier otra actividad.
5. Imprime tu hoja de cálculo. Generalmente es útil imprimir varias copias. Coloca una en tu refrigerador, una en tu dormitorio y una en el baño. Subraya o resalta las actividades importantes.
6. Clasifica por colores las áreas diferentes. Usa un marcador de color diferente para las áreas separadas en tu vida. Puedes usar el color amarillo para el trabajo, el rojo para los ejercicios, el azul para la escuela y así. De esta manera tendrás un buen sentido de cómo se encuentra planeado tu día solo con mirar el horario. Si hay mucho azul, por ejemplo, sabrás que estás sobrecargado con la escuela ya mismo.
Parte 3. Perfeccionar tu horario
1. Evalúa cuánta energía tienes por la mañana. Las habilidades de pensamiento crítico y la creatividad de la mayoría de las personas son más fuertes en la mañana. Sin embargo, suelen disminuir en el transcurso del día. Si así es como eres, entonces programa tus actividades de “pensamiento grande”, como escribir, por ejemplo, por la mañana.
- Sin embargo, quizás realices tu trabajo más creativo por la noche. Ningún momento es equivocado. Todo es cuestión de elaborar un horario efectivo que te convenga a ti y a tus necesidades.
2. Evalúa cuánta energía tienes por la tarde. Si eres como la mayoría, tu energía se disipará ligeramente por la tarde. De ser así, entonces este es un buen momento para hacer lo más aburrido, las tareas rutinarias. Cosas sobre las que básicamente no tienes que pensar mucho. Piensa en utilizar este momento del día para concertar citas, hacer recados, contestar correos electrónicos cortos, etc.
3. Evalúa cuánta energía tienes por la noche. Para muchas personas, las noches son buenas para la planificación y la preparación para el día siguiente. Tus tareas “preparadas” pueden incluir preparar almuerzos, elegir tu ropa y dedicar tiempo a ordenar y limpiar.
4. Comienza a formar los hábitos que necesitas con el fin de alcanzar tus metas.Elige pasar 30 minutos al día en escribir esa novela, organizar tu cochera o aprender a cultivar. Avanzar un poco hacia tu meta cada día te ayudará a desarrollar los hábitos buenos para mantenerlos. Esto se debe a que estarás en piloto automático. Fundamentalmente todo lo que haces periódicamente, bueno o malo, con el tiempo se vuelve un hábito.
5. Experimenta con el horario. ¿Cómo se siente? ¿Programaste tus actividades en periodos que tienen sentido? ¿Necesitas ajustar las cosas? Cambia todo lo que no funcione caso por caso. No tienes que esperar hasta el fin de la semana o del mes. Ajusta el horario poco a poco cada cierto tiempo hasta que parezca viable para ti. Probablemente también necesitarás hacerle cambios grandes y pequeños cada mes, ya que la única cosa que es segura en la vida es el cambio.
Consejos
- Si existen actividades que realizas esporádicamente, no las incluyas en tu horario a menos que estés dispuesto a comprometerte en hacerlas en un momento determinado todos los días. En su lugar, hazlas cuando tengas tiempo libre durante el día.
- Si no cumples con una sección de tu horario (por ejemplo, te quedas dormido), no intentes ponerte al día, solo continúa donde estás. Estarás de nuevo en la pista muy pronto.
Fuente: 👉 https://es.wikihow.com/hacer-un-horario
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